martes, 10 de mayo de 2011

Vivero, Parque del Alamillo – Federico Guzmán – el hombre árbol

Federico Guzmán, sevillano, es un artista  que a través de su trabajo explora el territorio entrecruzado de la historia, la cultura y la naturaleza, que forman el sustrato de donde crecemos.
El promueve su propia revolución verde con proyectos como:
 
Matitas Divinas, expuesto en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla (2001)
Jardí del Cambalache, en la fundación  Antoni Tápies, en Barcelona (2001)
El Mercado Arrollador, en la galería Pepe Cobo de Madrid (2006)   

En Colombia ha trabajado ampliamente en proyectos como El Reencauche, presentado en la Casa Cultural El Solar, Bucaramanga (1998); Chagras de los Espíritus (con Andrés Corredor), exhibido en la Biblioteca del Banco de la República, sede Leticia, Amazonas (2000); Museo de la Calle (con el Colectivo Cambalache), presentado en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá (2000); Expedición a El Dibujo, en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, Bogotá (1999). Ha participado en las versiones V y VI del Festival Internacional de Performance de Cali, en 2002 y 2006, respectivamente

Podemos considerarlo  un artesano con las imágenes y explorador de la creatividad con obras como:

                                                                                  La  enredadera de la serpiente  

                                                                                               La bella embalada
El mato de Tomaco
Ha formado  parte de proyectos colectivos como:
La Expedición al Dibujo, con artistas españoles y colombianos
El Museo de la Calle, con el colectivo Cambalache
O Capilandia es gratis
Federico Guzmán se desenvuelve en diferentes campos de la creación visual como el dibujo, la pintura, la escultura y la performance. También colabora en diferentes colectivos en la producción artística y la agitación cultural. Federico usa el arte como vía para explorar el mundo, como medio de realización
FEDERICO GUZMÁN - EL MATO DE TOMACO, 2007

Taller de injertos y plantas artificiales
Lugar: Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín
Proyecto para el MDE07

El mato de tomaco es un taller de arte y agronomía que gira en torno a una planta fantástica: el tomaco, un injerto de tomate y tabaco nacido de la imaginación delirante de la cultura popular. En un memorable capítulo de la teleserie Los Simpsons, su protagonista, Homero Simpson, se hace agricultor y de manera accidental descubre el tomaco, un híbrido mutante de tomate y tabaco. A pesar de que sus rojos frutos presentan un interior ocre y reblandecido, todo el que lo prueba se vuelve inmediatamente adicto, por su alto contenido en nicotina. El tomaco es una droga poderosa. En pocos días, Homero se hace rico vendiendo tomaco.

En un recorrido de la ficción a la realidad, el artista propone que nos apropiemos de este injerto fabuloso para que sea cultivado en nuestra tierra. El tomate y el tabaco, plantas originarias del “Nuevo Mundo”, cultivadas desde hace milenios, pertenecen a la familia de las solanáceas, lo que permite el injerto y el cultivo de ambas especies en una sola planta. Uniendo sus tallos y compartiendo su clorofila, las plantas se ayudan entre sí, y funden sus nombres, mitos y genealogías. El tomate, jugoso alimento, representa el cuerpo; el tabaco, planta sagrada y droga poderosa, representa el espíritu. La unión de los dos mundos en el tomaco significa trascender la dualidad de géneros, la diferenciación de comida y droga, enfermedad y remedio, y cuerpo y alma, celebrando la unidad profunda de toda la naturaleza.

Durante el taller se aprende la técnica de los injertos y el cultivo de tomaco y realizaremos modelos escultóricos de la planta en látex y goma espuma.

La obra, del escultor Federico Guzmán, representa la unión de la vida con la naturaleza y la interdependencia de todos los seres vivos.
Con la finalidad de que los ciudadanos puedan  admirar esta obra, será expuesta durante el mes de mayo, en el Parque del Alamillo, permanecerá expuesta en el horario normal del vivero de 12 a 16 horas
Ayer tarde, La Asociación Amigos del Parque del Alamillo, realizaron una visita a este vivero, esplendido en sus especies exóticas y bien cuidadas y pudieron contemplar la obra de este artista acompañados y con las correspondientes explicaciones del Director del parque Adolfo Fernández Palomares    
La obra representa un hombre de cuyos pies salen las raíces y de cuyos brazos y hombros salen las ramas y hojas “Hombre árbol” , no sería capaz de juzgar lo que nos evoca, creo que a  cada uno puede inspirarle distintos sentimientos,  paisaje, susurros, etc
Esta realizada en fibra de vidrio  policromada y resina, el tamaño es el natural de una figura humana y es totalmente desmontable
El parque está haciendo las gestiones oportunas para que la figura quede integrada en el vivero entre ese mundo vegetal, para mi sería ideal que representara la verdadera integración de los seres humanos con el mundo vegetal, del que tanto dependemos y al que tanto ignoramos
Si no conoces el viviero del Parque del Alamillo este puede ser el momento para que hagas tu visita.   
Las visitas son gratuitas, el horario es cada hora desde las 12.00 h hasta las 16.00 h y se realizan a pie (excepto la de las 12.00 h que se realizarán en el tren de paseo). El lugar de salida es la Puerta Principal del Cortijo del Alamillo y los grupos son de 20 personas a pie y 40 para las visitas en el tren de paseo que quizás sea lo mejor si vamos con pequeños que se cansan con facilidad. Los fines de semana (sábados y domingos)
Dicen que la realidad muchas veces supera la ficción, esto sucede con el caso que a continuación os voy a relatar
En Koswara, existe una persona mas conocida con el nombre de “El hombre árbol”. Realmente no parece real, pero lo es.
¿A que se debe su sobrenombre?
Dede es un pescador indonesio de 35 años y sufre una extraña enfermedad que le provoca el crecimiento de algo similar a raíces en todo el cuerpo. Según cuenta, su problema comenzó cuando de adolescente tuvo un accidente y debieron operarlo en una rodilla.
A partir de ese momento, y por un motivo desconocido, comenzaron a crecerle esas extrañas raíces que se esparcieron rápidamente por su cuerpo, especialmente en sus manos y sus piernas.
Lo echaron de su trabajo, su mujer lo abandonó y los habitantes del pequeño pueblo donde reside, que lo apodaron el “hombre árbol”, a menudo se burlaban de él.
En esas condiciones, y sin siquiera poder realizar las más básicas tareas de su casa, Dede tuvo que criar como pudo y en la más absoluta pobreza a sus dos hijos adolescentes. Para ello, se unió a un circo donde la gente pagaba por verlo.
Comenzaron a crecerle esas extrañas raíces que se esparcieron rápidamente por su cuerpo, especialmente en sus manos y sus piernas
Después de varios años de acudir a médicos de su región, y que uno tras otro le dijeran que su enfermedad no tenía cura, el caso dio vuelta al mundo y llegó al doctor Antonio Gasspari, de la Universidad norteamericana de Maryland.
Uno de los primeros análisis arrojaron que la cantidad de glóbulos blancos –(células que combaten infecciones y virus)- en la sangre de Dede eran tan baja, que Gasspari llegó a pensar que el asiático tenía VIH.
Pero luego de profundizar los estudios, el médico llegó a la conclusión de que la enfermedad del "hombre árbol" se debía a un motivo mucho más extraño y misterioso.
El problema es que Dede tiene un extraño defecto genético en su sistema inmunológico por el que su cuerpo no desarrolla las defensas ante el virus. "La probabilidad de tener su deficiencia es menos de una entre un millón", reconocía el doctor Gasspari.
Actualmente Dede puede realizar tareas de las que antes le era imposible realizar, tiene otra apariencia y todo esto gracias al doctor Gasspari.
No sé, si nuestro artista es conocedor de esta historia


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