Familia: Oleaceae
Origen: Región Mediterránea
Podemos decir
que es el padre o antepasado salvaje del olivo – arbusto espinoso, que puede
crecer también como árbol, alcanzando una altura de 10 m. y una amplia y
redondeada copa, el tronco en sí es corto, pronto se divide en ramas gruesas,
retorcidas y curvadas.
Es la forma
silvestre del olivo, como este crece despacio y vive muchos años. Su corteza es
color gris. Y sus ramas inferiores espinosas
Sus hojas son perennes, más cortas y
redondeadas que en el olivo, simples, coriáceas, opuestas, lanceoladas, de
borde liso y con el haz verde oscuro y el envés plateado y aterciopelado.
Las flores hermafroditas, pequeñas,
dispuestas en racimos axilares, de color blanco y amarillo en el centro, olor
agradable.
Época de
floración: Primavera, Abril
– Junio
Fruto, es una drupa
(más pequeña que en el olivo) carnosa y aceitosa, llamada acebuchina. Madura a
final de otoño
Hábitat: Presente en todos los bosques de la región
mediterránea.
El fruto, debido al gran contenido en grasas que
posee, es un alimento extraordinario para las aves que en su viaje migratorio pasan por nuestro
parque, suelen quedarse unos días hasta que han conseguido las reservas
suficientes para poder afrontar el esfuerzo a realizar para llegar a su destino.
Se reproduce
por semillas y por esquejes
La madera del acebuche es excelente para hacer
carbón. Tiene las mismas propiedades que
el olivo, muy dura y compacta estimadísima sobre todo la de cepa en ebanistería
de lujo, marquetería, tornería y para taracea.
Sus hojas poseen propiedades medicinales
Carece de toxicidad, no obstante está considerado
un árbol alergógeno
Acebuche procede de la voz árabe AZ-ZAMBUY (rústico
poco refinado) con referencia a sus diferencias con el olivo cultivado.
Los ejemplares existentes en el Vivero del Parque
del Alamillo fueron donados por la Consejería de Medio Ambiente y proceden del
Vivero de San Jerónimo
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