El título
reconoce el cumplimiento de la Norma de Jardinería y Espacios Ecológicos V1.0 y
estará vigente durante un año
El Servicio de
Certificación CAAE, entidad especializada en producción ecológica que más
hectáreas certifica en Europa, ha otorgado al Parque Metropolitano del Alamillo
el título de Jardín de Excelencia Ecológica, tras haber superado los controles
establecidos por las normas reguladoras, durante la visita realizada por los
verificadores el pasado 5 de marzo de 2018.
La
certificación la ha recibido el consejero de Fomento y Vivienda, Felipe López,
de manos de Álvaro Barrera, presidente de Ecovalia, la entidad que realiza los
controles previos al otorgamiento de este reconocimiento. En su intervención
ante la plantilla laboral del Parque del Alamillo, el consejero ha destacado
que “siendo éste un parque público, tenemos que dar ejemplo para que la
sociedad entienda que cambiando pautas, es posible preservar y mejorar el medio
ambiente”.
“La
única manera de influir en las conductas de los demás es con el ejemplo”, ha
insistido López, quien ha elogiado la labor que desarrolla la plantilla del
Alamillo, cuyo trabajo es la mejor manera de que la sociedad entienda que es
posible avanzar sin contaminar.
El
certificado reconoce el cumplimiento de la Norma de Jardinería y Espacios
Ecológicos V1.0. y declara que el Parque del Alamillo, cuya gestión es
responsabilidad de la Consejería de Fomento y Vivienda a través de la Agencia
de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA), cumple con los requisitos
exigidos y se ha sometido a las actividades de inspección y control documental
establecidas en el procedimiento de certificación. El reconocimiento estará en
vigor durante un año, hasta marzo de 2019, cuando deberá renovarse tras la
correspondiente visita de control.
El Parque
del Alamillo ocupa una superficie de 120 hectáreas en la zona norte de la Isla
de la Cartuja, en la linde de los términos de Sevilla y Santiponce. El recinto
fue inaugurado el 12 de octubre de 1993 y desde entonces, es el principal
referente para el ocio y el deporte al aire libre para centenares de familias y
decenas de asociaciones y entidades ciudadanas de Sevilla y su área
metropolitana, que encuentran en este parque el lugar ideal para sus
actividades de tiempo libre.
La gestión
del parque está a cargo de un equipo humano compuesto por técnicos
medioambientales, administrativos y personal de jardinería, cuyo centro de
trabajo es el Cortijo del Alamillo, sede de las oficinas y el resto de
dependencias necesarias para el mantenimiento de esta gran superficie natural y
forestal.
El Alamillo
tiene en su singular biodiversidad florística y faunística una de sus
principales características, que le aportan riqueza y valor frente a otros
parques similares o parecidos. A ello contribuyen la apuesta por la protección
de las especies autóctonas, la gestión de los residuos, el fomento de la
agricultura ecológica y la contribución a la educación medioambiental, todo
ello complementado con actividades que contribuyen a transmitir a la ciudadanía
los valores ambientales, mediante estrategias de educación y sensibilización.
En el parque
se considera un logro importante que los ecosistemas de vegetación hayan sido
colonizados por gran cantidad de especies, que convierten este espacio en un
lugar privilegiado para el refugio, la cría y alimentación de numerosas
especies. Aproximadamente 120 especies de aves, a las que se suman
reptiles, mamíferos, peces y anfibios, constituyen una gran riqueza
faunística.
El uso de
productos químicos está casi vetado en el parque, siendo meramente puntual
cuando las circunstancias obligan a ello. Las zonas de pradera se abonan con
los restos de la siega de las mismas, y las tareas de poda sólo se realizan
para actuar contra el envejecimiento o enfermedad de los casi 9.000 ejemplares
de un centenar de especies que hay en el recinto, y para despejar las vías de
tránsito de los usuarios del parque. También se cuida el riego, que está
destinado casi en exclusiva a las praderas, en tanto que las zonas arbóreas se
mantienen con aporte natural de agua de lluvia y del subsuelo.
A las
especies animales también van destinadas actuaciones como la dotación de
bebederos para garantizarles el agua en los períodos de sequía, la construcción
de refugios para reptiles, conejos y perdices, o la colocación de 30 cajas de
biodiversidad, que dan cobijo a las aves insectívoras y los murciélagos, los
cuales ayudan por su parte de forma natural al control de plagas.
El parque
cuida también los procesos de gestión de residuos peligrosos, servicio que
presta actualmente la Mancomunidad de Municipios; controla la gestión
sostenible de otros residuos, como los orgánicos, el papel, el plástico o las
luminarias; y aplica medidas para optimizar los consumos energéticos, como la
instalación de led para conseguir el máximo ahorro posible durante las horas
nocturnas. El cambio de las luminarias que alumbran el recinto, que se está
acometiendo progresivamente, supondrá un ahorro del 60% en los consumos,
incrementando la iluminación.
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